Yo camino
Cuentan las viejas lenguas, que Sócrates solía a pasear por un camino solitario de Atenas, disfrutando del aire, del sol, de los pájaros y del placer de que sus pies lo lleven por donde él quisiera.
Un día, al costado del camino, encontró un
esclavo durmiendo. Se acercó y descubrió que estaba soñando, por sus palabras y
gestos adivinó lo que soñaba aquel hombre: El esclavo está soñando que era
libre. La expresión en su cara reflejaba la paz y serenidad que
sentía. Entonces se preguntó:
¿Debo despertarlo, mostrarle que sólo es un
sueño, y que sepa que sigue siendo un esclavo? ¿O debo dejarlo dormir todo el
tiempo que pueda, disfrutando aunque sea en sueños, de su realidad fantaseada?
Seguramente en los caminos solitarios de Atenas, al igual que en las transitadas calles cordobesas (por qué no del mundo) se ha visto gente complacerse por el simple hecho de soñar algo; creo yo de la misma manera que se ven personas sufrir por no tener algo que soñaron. Los sueños son sueños en la medida que no se concreten, y las realidades son siempre cotidianas, típicas, concretas y sobre todo palpables.
Entonces me pregunto: ¿Despierto o dormido? ¿Una linda
mentira o una triste realidad? Si elegimos la autenticidad, ¿qué podemos hacer
para no sufrir? ¿Para que sea menos triste?
En este punto me parece bueno echar mano a las pinceladas
más místicas del Islam. Dice un viejo proverbio sufí: "No importa cuán
delgada sea la feta de queso, siempre tiene dos caras". Anular el
sufrimiento de nuestras vidas, probablemente implique eliminar todo el goce con
ello. No parece un buen negocio ¿o sí? Eso no quiere decir que nos debamos a ir
a la otra vereda. O sea, reconozcamos que el sufrimiento y el placer son dos
caras de la misma moneda, sin irnos tampoco hacia el masoquismo, o hacia alguna
de las muchas sombras de Grey.
El
sueño del pibe y el sueño americano, seguirán siendo sueños en la medida que
alguien se imagine que puedan ser posibles, aunque la realidad diga lo
contrario. Entiéndase; aparte de Maradona, Messi y Tevez ¿quiénes más conocés
que hayan cumplido el sueño del pibe? En cuanto al american dream, hoy también
está en peligro, no solo para los inmigrantes, sino también para los mismos
americanos. El sueño americano era verdaderamente factible en los años 50
cuando la posguerra dejó un igualitarismo que hoy ya no existe. Hoy aunque las
personas vivan una al lado de la otra, sus vidas son paralelas y sus
oportunidades, distintas.
Vivos o muertos los sueños "sirven" para que
asumamos riesgos, para que salgamos de nuestras zonas de confort, para que nos
la juguemos por algo, para que miles de pibes intenten ser estrellas de fútbol,
para que miles de inmigrantes hagan miles de kilómetros hacia América, incluso,
para que los argentinos seamos lo que somos.
Para finalizar, quiero citar a Galeano cuando en una
entrevista recuerda cuando a un amigo de él, le preguntaron para que sirven las
utopías. Cuenta que su compañero respondió: “Si yo camino diez pasos, ella se
alejará diez pasos, cuanto más la busque menos la encontraré, porque ella se va
alejando a medida que yo me acerco; pues porque la utopía sirve para eso, para
caminar”.
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